domingo, 20 de junio de 2010

DON BAMBAS

No hay que ser muy listo para deducir que un mote como “Don Bambas” no se pone a alguien desde el buen rollito; máxime si se le puso por lo que se le puso, por acudir, en su función de diputado, al Parlamento de Cataluña, con calzado deportivo. Bueno, pues: “Don Bambas”; ya está.
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Muchos de los que así le llaman, suelen visitar este blog. Por eso me apetece hablar un ratito de “Don Bambas”. El otro día puse un vínculo desde este blog a otro en que se le ponía –no sólo a él- de hoja de perejil. Lo hice, porque me parece que todos tenemos una parte de la verdad y nadie la tiene entera, y la única manera de acercarnos a la verdad real, es comparando diferentes puntos de vista. Puedo coincidir con sus detractores en que, por ejemplo, no fue un modelo de Secretario General para su partido, que no es demasiado bueno como relaciones públicas y que, con el viento en contra del sector más conservador, siempre dispuestos a buscarle la cabeza, “Don Bambas” falló como una escopeta de feria.
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Además, y por si fuera poco, fue constantemente ninguneado desde la presidencia, hasta el punto que se le ocultaba cualquier información (eso a mí no se me oculta, porque esos días andaba yo muy cerda de él y lo viví). Cada cual lo suyo: “Don Bambas” no funcionó demasiado bien en el cargo interno que se le otorgó, pero que me diga algún detractor, de lo más detractor, si no ha cumplido con creces en su papel parlamentario... ¡Hombre!... un tipo que lleva 30 años dedicado a luchar contra el nacionalismo excluyente, se sabrá bien la lección, ¿no? No como aquel que decía sin inmutarse que esa máxima expresión del imperialismo nacionalismo catalán, aquello de los Països Catalans, no le parecía mal o recientemente (hoy o ayer), al hablar de su nuevo socio, Miguel Durán, nos ofrecía esta nueva frase para la Historia: “Tiene un perfil idóneo para Ciutadans: lo conocen en toda España, es catalán pero de origen extremeño, vive en Sant Boi y defiende ciertos postulados, como el bilingüismo, que son los nuestros”. ¡“Lo conocen en toda España”! (de ideología, ¿qué?); “es de catalán pero de origen extremeño” (¡ni Pujol!, pero si es extremeño en Cataluña... ¡Ah!, se me olvidaba que es catalán quien vive y trabaja... –concepto nacionalista, donde los haya-, ¿o, no?); y encima, como pensaría cualquier nacionalista, tiene más muescas en las canchas de su colt, por ser bilingüe... (pero, ¡no habíamos quedado que cada uno fuese lo que fuese? En fin...
Pero, volviendo a “Don Bambas”: ¿Que se equivoca?: No seamos hipócritas que culpa ha habido y la hay por parte de todos. ¿Quizá no nos equivocamos los que nos fuimos antes de hora? ¿Y, antes?... ¿No nos equivocamos cuando a pesar de decir que queríamos hacer un partido transversal, cada cual quería acercar la sardina a su ascua ideológica? Al fin la exclusión social abarca a todos, sea cual sea su adscripción ideológica. Todos nos equivocamos: todos menos quien/es taimadamente iban diseñando su juego para secuestrar el partido y, finalmente, venderlo.
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Pero lo malo no es que “Don Bambas” se equivocase hace tiempo, lo malo es que bajo mi punto de vista se equivoca ahora, en aras de una honradez con la que no coincido: Anteayer le dije que reconsiderase el dejar su acta, porque caerá en manos de quien no va a defender el PROYECTO (así con mayúsculas) como él. Pero a él le puede mucho eso de la palabra, aunque muchos no lo crean. Nada. Todo fueron negativas, a pesar que le entré como pude: que si su acta es suya y puede salirse del partido y llevársela consigo, sin que ello signifique ningún transfuguismo en un momento en que los tránsfugas son quienes han vendido el partido; que si es un acta ganada por todos y por lo tanto la propiedad legal es suya, pero nos pertenece a todos los que arrimamos el hombro para conseguir los tres puestos de parlamentario. Nada. Se va y deja el acta. Ya veis, así es “Don Bambas” y ese es su sentido de la decencia. En mi opinión, ninguno de los dos diputados debería de dejar su cargo pues ambos llevan mucho tiempo en esta lucha y, pese a muchos, para mí no son difícilmente calificables como trepas, después de haberse chupado los tiempos malos de verdad.
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No sé si es una provocación. Me da igual. Al final: los insultadores, insultarán y los bienpensantes, cualquiera que sea su opción política, podrán pensar... a ver si todavía...

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