Publicación original el domingo 31 de enero de 2010

La verdad es que es se te queda un buen cuerpo si dedicas una mañana del fin de semana a manifestarte contra quienes conculcan derechos básicos de los ciudadanos; la verdad es que es se te queda un buen cuerpo si dedicas una mañana del fin de semana a manifestarte contra quienes conculcan derechos básicos de los ciudadanos, más, si a continuación te metes en un buen ágape, para aposentar el cuerpo en condiciones, y, más aún, si la cosa acaba con rasgueos de guitarra y personal desgañitándose, en sus desempolveos correspondientes.
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Pero: "¿Qué tiene la Zarzamora que a todas horas llora que llora por los rincooones?"
Pero: "¿Qué tiene la Zarzamora que a todas horas llora que llora por los rincooones?"
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No puedo evitarlo,uno es un sentimental, y, como es inevitable, a cada momento de la vida, le corresponde algo de lo contrario –como a cada cerdo, su San Martín-, y allí, interpolándose con la alegría, aparecieron brotes de mendicidad; la mendicidad que viste y calza, que diría un castizo.
No puedo evitarlo,uno es un sentimental, y, como es inevitable, a cada momento de la vida, le corresponde algo de lo contrario –como a cada cerdo, su San Martín-, y allí, interpolándose con la alegría, aparecieron brotes de mendicidad; la mendicidad que viste y calza, que diría un castizo.
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"¡Ay pena, penita, penaaaa… pena de mi corassooooóoon! … es un potro desbocao que no sabe dónde va…"
"¡Ay pena, penita, penaaaa… pena de mi corassooooóoon! … es un potro desbocao que no sabe dónde va…"
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La mendicidad cuando es para la supervivencia es triste, cuando no es por esa causa tan desesperada, es doblemente triste; no creo que sea necesario que lo explique: ¡¡¡¿ Y la vergüenza, ¡joder!, y la vergüenza?!!!
La mendicidad cuando es para la supervivencia es triste, cuando no es por esa causa tan desesperada, es doblemente triste; no creo que sea necesario que lo explique: ¡¡¡¿ Y la vergüenza, ¡joder!, y la vergüenza?!!!
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“Si tú me dices ven… lo dejo todo”. (¿?).
“Si tú me dices ven… lo dejo todo”. (¿?).
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Pasando el platillo, la bandeja o sucedáneo, mesa a mesa, pliegue a pliegue, gimiendo por lo que en versión de época más machista se le atribuyese a Boabdil, como el Cid, cabalgaba: “Polvo, sudor y hierro”.
Pasando el platillo, la bandeja o sucedáneo, mesa a mesa, pliegue a pliegue, gimiendo por lo que en versión de época más machista se le atribuyese a Boabdil, como el Cid, cabalgaba: “Polvo, sudor y hierro”.
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“Dame limosna de…”
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“Dame limosna de…”
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Pero, tampoco es para tanto: una limosna para lo de siempre, al fin…: ¡qué más da!, qué más da si es para el libro cebolletero “Yo y la pasma”, o si lo es para el cargo cebolletero “Yo, alirón, alirón alirongo” o si lo es para la sesión cebolletera de magia y confección “Yo y Tomás” o, incluso, si lo es para el estreno cebolletero de “Yo, el charna”; lo que pasa es que la cosa es para que uno se lo haga mirar y para que otros se lo miren. En fin… ¿concición humana?...
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“De tú querida –y omnipresente- presencia…” (¡Ay, si uno fuese un tiburón!).
“De tú querida –y omnipresente- presencia…” (¡Ay, si uno fuese un tiburón!).
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Ya lo he dicho: soy de corazón sensiblón y hay cosas que me ponen un nudo en la garganta –aunque el telón de fondo fuese un doble Mediterráneo: o sea, Mediterráneo y “Mediterráneo”.
Ya lo he dicho: soy de corazón sensiblón y hay cosas que me ponen un nudo en la garganta –aunque el telón de fondo fuese un doble Mediterráneo: o sea, Mediterráneo y “Mediterráneo”.
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“Suspiiiros de España”… … … ¡Plum!
“Suspiiiros de España”… … … ¡Plum!
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“Para la libertaaad, sangro, lucho y pervivo”.
“Para la libertaaad, sangro, lucho y pervivo”.
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