
A que se la va a cargar otra persona... (Si es que se llega a un punto, que ni uno ni el gato y medio que le queda).
Érase que se era erase una malévola bruja (algunos creen que era un brujo, pues, como siempre actuaba en la oscuridad, nadie podía asegurar categóricamente que fuese una cosa u otra… ni siquiera otra), que ansiosa, como se hallaba, por recuperar el poder que presumía haber tenido en el pasado, antes del éxodo gatuno, cuando sus fieles felinos no se habían desparramado por doquier, optó por hechizar a sus fervientes de una manera muy mesmeriana, para que viesen por sus ojos y pensasen por la parte de abajo.